Rafael Perálvarez Serrano – R.P. Revestimientos, S.L.U.
«Y quiero aprovechar esta oportunidad que nos ofrece la Asociación a cualquiera de sus Asociados, la participación en este importante espacio divulgativo para nosotros, no para hablar de lo que creemos que hay que hacer sino para comentar lo que ya estamos haciendo. Y no solamente como Asociación sino como empresa y empresario»
Del informe que la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, encargó en 1996 a Delors, se recoge “los objetivos básicos de la educación deben ser aprender a aprender, aprender a resolver, aprender a ser”.
Soy Rafael Perálvarez, empresario Instalador y miembro Asociado a AD’IP Asociación Española desde 2015. Formo parte de la actual Junta Directiva y, entre otras ocupaciones, desde ahora también soy el representante de la Asociación en la Comisión de CEOE de Educación y Formación. Desde la perspectiva que me proporcionan mis 52 años de edad, he podido vivir cómo se daban esos ciclos formativos dentro de las empresas y en nuestra profesión, que en la mayoría de las ocasiones se daba por la cercanía al oficio de algún miembro de la familia y, en otras, según los resultados de los estudios académicos, te podían lanzar con preferencia a una carrera que no sabías muy bien a dónde te dirigía o, en menor número de casos, a una Formación Profesional. Si ninguna de estas dos opciones se daban, el campo, una fábrica o la obra, salvo iniciativa propia, eran tu salida al mundo laboral. Pero los cambios en la sociedad, los avances tecnológicos y la actual forma de comunicarnos han propiciado más aún el desinterés de los jóvenes por los oficios, llegando a tener que descartar cursos por la falta de alumnado para cubrir un mínimo de matrículas de acceso.
En todos estos años en los que he vivido muy de cerca la labor de la Asociación, compartiendo trabajo y experiencias muy diversas, puedo constatar que se ha insistido mucho en la importancia de dar valor al oficio, en poner de manifiesto la falta de aprendices y de relevo generacional, unido al gran crecimiento en la demanda de más profesionales y empresas que sean capaces de cubrir el creciente espacio que ocupa nuestro perfil profesional. La importancia productiva del sector de la construcción junto al sector turístico, y la falta de profesionales en ambos, es algo muy preocupante para todos.
Y quiero aprovechar esta oportunidad que nos ofrece la Asociación a cualquiera de sus Asociados, la participación en este importante espacio divulgativo para nosotros, no para hablar de lo que creemos que hay que hacer sino para comentar lo que ya estamos haciendo. Y no solamente como Asociación sino como empresa y empresario.
Como Asociación, lo primero es aceptar la realidad, dejarnos de manifiestos y de buenas palabras y pasar a la acción y al trabajo. Nuestro sector se identifica como poco atractivo para los jóvenes, donde el esfuerzo físico, las obras en distintas localizaciones, las inclemencias del tiempo y la remuneración que no compensa, son las argumentaciones que se mantienen en el tiempo. No hemos sabido trasladar la evolución que nuestro oficio ha tenido en preservar la salud y la prevención de riesgos laborales, la mejora salarial, la dignificación de una profesión cada vez más relevante para la creación de nuevos espacios, con entornos que mejoran el confort y la salud de las personas, tanto en los hogares como los lugares donde estudiamos, nos curamos, nos ejercitamos o donde nos divertimos. No hemos sabido proyectar que cada vez trabajamos con mejores herramientas, más ergonómicas, con mejores medios de elevación y protección, y que nuestro oficio, mejorando el aislamiento y los acabados, es uno de los más valorados. Y es en esos puntos principales donde la Asociación se está centrando, en esa dignificación de la profesión, que se nos identifique en todos los foros de debate y de toma de decisiones, y que destaquemos además las posibilidades de especialización y de crecimiento profesional. El mejor ejemplo de esto último, y disculpándome por mi auto cita, soy yo. Fui aprendiz de escayolista a los 16 años, a los 20 años ya era Oficial de Primera y a los 22 fui Encargado en la empresa en la que me formé, consiguiendo a los 27 años ser Encargado General y a los 39 años la vida me llevó a ser el Gerente de mi propio negocio.
Desde la Asociación seguimos en esa línea de trabajo, comunicando con experiencias reales, con vivencias de nuestras Empresas Asociadas y con la incentivación de hacer partícipes a los alumnos que actualmente se están formando, en encuentros tan importantes como FERIAD’IP, donde se comparten experiencias directas con Fabricantes, Distribuidores e Instaladores y se acerca de una forma privilegiada a los jóvenes al mundo laboral y al perfil profesional.
Y luego está también la parte que quiero comentar de lo que estamos haciendo desde la propias empresas, cada empresario a nivel particular. Podría hablar de muchos ejemplos, afortunadamente, pero del que mejor puedo trasmitir en esta ocasión es de la humilde aportación que desde mi Empresa intento realizar para favorecer esa mejor percepción de lo que hacemos y proyectar más visibilidad de ello, pero como decía anteriormente, con hechos. Porque se puede hablar de profesionalizar, se puede hablar de pedir el reconocimiento del Instalador, pero quien realmente apuesta, se arriesga e implica, es el Empresario Instalador. Es el que tendrá que apostar por seguir invirtiendo en la formación del nuevo contratado, el que tendrá que comprometerse a un salario acorde con el trabajo y a preservar las mejores condiciones de prevención y salud en el espacio de trabajo. Concretamente, yo he propiciado en mi Empresa la participación de jóvenes desde la Formación en Centros de Trabajo (FCT), ya que con la FP Dual se continua trabajando en conseguir superar las actuales barreras y con nuestra implicación desde la Asociación seguimos trabajando para ello con la Alianza para la FP Dual, de la que somos miembros, y lo cierto, como comentaba, es que me siento orgulloso de la formación de 6 jóvenes que hoy pueden decir que tienen la posibilidad de trabajar de un oficio, gracias a ese círculo profesional de trabajo entre los Centros, las iniciativas de Asociaciones como AD’IP Asociación Española y, sobre todo, de nuestras Empresas y la voluntad de muchos empresarios.
Queda mucho trabajo, a veces pienso que aún casi no hemos comenzado, pero espero que la amplia posibilidad que se nos abrió para algunos hace 35 años siga existiendo hoy, de mejor forma incluso, para dar una gran oportunidad laboral a muchos jóvenes. Me gustaría poder finalizar con una reflexión que ahora me viene a la mente, y los que me conocen saben que en mi cabeza surgen muchas rápidas relaciones entre experiencia, momentos vividos y la ilusión por superar retos, y me he acordado de una imagen que recientemente pude dejar plasmada en una fotografía. Un abrazo entre la juventud, que ya está ejerciendo como profesional pero que le queda por delante toda una vida de aprendizaje y de capacidad de adaptación a los grandes retos que se presentan, y que se refleja en Yara, una chica que es Oficial de Segunda en mi empresa y comenzó conmigo haciendo la FCT desde el Grado Medio de Obras de Interior, Decoración y Rehabilitación, y a quien acompaña, a su lado, la experiencia de toda una vida en la construcción, con 43 años de diferencia, y sabiendo que está terminando la última obra en la que trabajará antes de jubilarse. Un abrazo que abarca el inicio de un compañerismo en obra, que se continua alimentando de comentarios y que se extiende posteriormente a compartir experiencias, buenos hábitos y un camino adecuado para el éxito, como es el “aprender a aprender, aprender a resolver y aprender a ser”.
Mi ánimo a todos los que nos vemos afectados por esa falta de mano de obra y mi llamamiento directo a las Administraciones, a los Fabricantes, a los Distribuidores y a todos los agentes implicados, nosotros somos el último eslabón, el que introduce la clavija en el enchufe para que la energía llegue, para que se instalen adecuadamente los materiales, para que se empleen y formen adecuadamente los nuevos profesionales, y somos los que arriesgamos todo, así que, para que no haya un cortocircuito en la red, es fundamental estar conectados con el Instalador, para culminar con éxito este gran reto.
Desde la Asociación y desde nuestras propias Empresas, seguiremos comprometidos, trabajando por nuestro futuro y por el de todos, porque esto es un futuro compartido con la sociedad.
Seguimos y siempre agradecido de poder tener un espacio desde el que poder seguir aportando.