- El primero de los encuentros de esta serie ha tenido lugar en Barcelona y ha estado moderado por el periodista de La Vanguardia Antonio Cerrillo.
- Los expertos han coincidido en señalar que el tiempo apremia para buscar soluciones que, como la rehabilitación de edificios, sirvan para luchar contra el cambio climático.
- Se percibe una mayor concienciación ciudadana y un conocimiento de los profesionales que invitan a la esperanza.
“En el mundo de la rehabilitación nos falta un mayor conocimiento, una mayor profesionalización y, probablemente una regulación más exigente”, con estas palabras que resumen los grandes retos a los que se enfrenta el sector de la rehabilitación de edificios, Ramón Ros, director General de URSA inauguraba el primer encuentro de la serie Diálogos URSA.
El primero de estos encuentros ha tenido lugar en Barcelona y ha estado moderado por Antonio Cerrillo, periodista de la Vanguardia especializado en información medioambiental. Ha contado con la participación como ponentes de Jordi Marrot, responsable de sostenibilidad en el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Barcelona; Bruno Sauer, director General de Green Building Council España (GBCe); Jordi Mas, arquitecto experto en Rehabilitación de Edificios y miembro del Grupo de Trabajo por la Rehabilitación (GTR); Xavier Casanovas, profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya y presidente de RehabiMed; Elvira Carles, directora de la Fundación Empresa y Clima y Josep Sole, responsable Técnico de URSA.
Según datos del Ministerio de Fomento, se rehabilitan unas 25.000 viviendas/año, cuando los expertos calculan que, para cumplir con los compromisos internacionales suscritos en materia ambiental, deberíamos estar rehabilitando, con criterios de eficiencia energética, más de 250.000 hasta 2050. URSA, consciente de que el ritmo rehabilitador de edificios es muy escaso en nuestro país, cree que España necesita un cambio de modelo que le permita cumplir con los compromisos internacionales de lucha contra el Cambio Climático, la reducción de las desigualdades urbanas, la mejora de la salud y de la calidad de vida de los ciudadanos, con viviendas más confortables y accesibles y la creación de empleo. La búsqueda de este cambio ha motivado la organización de este primer encuentro-debate.
Para muchos de los expertos, España no está sabiendo aprovechar las oportunidades y el tiempo juega en su contra. Así lo cree el director General de GBCe, Bruno Sauer, “hemos tardado 10 años para que en obra nueva la sostenibilidad esté presente en el debate. Tenemos que evitar que pasen otros 20 años para que hablemos de este tema en rehabilitación de edificios. Con él coincidió el responsable del Área Técnica de URSA, Josep Solé, aunque aportó una visión más esperanzadora, “las cosas van cambiando poco a poco y soy optimista. Hace 10 o 15 años cuando se hablaba de eficiencia energética, los debates contaban con tres ponentes y dos personas en la sala. Hemos necesitado pasar estas etapas y ahora es el momento en el que encontramos un “feeling” de concienciación que todavía hay que concretar un poco más”.
También positiva se mostró Elvira Carles, directora de la Fundación Empresa y Clima, “volveremos a alinearnos con las políticas europeas. Sin duda alguna, el Acuerdo de París, que sustituirá muy pronto al Protocolo de Kyoto, nos va a marcar un antes y un después de su aplicación. Es necesario que las emisiones estén reguladas porque ahora mismo no lo está ni el 40% de ellas”.
A lo largo de la sesión de debate se abordaron asuntos como las políticas y recursos públicos para el fomento de la rehabilitación, qué modelo público-privado se necesita para movilizar el sector, cómo debería ser el Plan Estatal de Rehabilitación en España, cómo trabajar con las comunidades de propietarios o qué tipo de financiación necesitan estos proyectos entre otros asuntos.
Xavier Casanovas abordó el asunto de las subvenciones a la rehabilitación energética de edificios de las que se declaró “muy poco partidario, tal como están funcionando actualmente”. Según el profesor de la UPC y presidente de Rehabimed, “La subvención incrementa los ingresos, por lo que aproximadamente un 30% vuelve al Ministerio de Hacienda. No hay exenciones de IVA, ni IVA reducido. Hay que pensar en otras fórmulas más útiles y con menos incertidumbres para el ciudadano”.
Las nuevas tecnologías, los materiales y los conocimientos también fueron abordados por los expertos. El responsable de Sostenibilidad del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Barcelona, Jordi Marrot, apuntaba en este sentido, que “no somos el sector más innovador de la industria, pero sí hemos avanzado mucho. Necesitamos la ayuda de las normas, que hoy en día en nuestro país siguen pensando más en obra nueva que en la rehabilitación del parque edificado”.
Jordi Mas, experto en Rehabilitación y miembro del GTR, afirmó que “tenemos que generar proyectos para comunidades de vecinos que sean atractivos y que combinen todas las posibilidades desde aislamiento, fotovoltaica, sensores… etc”.
Diálogos URSA nace para dar respuesta a los principales retos de la edificación sostenible en España. Con un formato muy dinámico y una visión propositiva, estos encuentros servirán para mostrar las opiniones y propuestas de soluciones de los expertos más destacados y de un público muy participativo elegido por sus conocimientos y experiencia en las materias propuestas.
SOBRE URSA
URSA, perteneciente a la multinacional de materiales de construcción Xella, es una empresa dedicada a la producción y comercialización de materiales de aislamiento térmico y acústico orientados a la sostenibilidad y eficiencia energética en la edificación.
Cuenta con una amplia presencia comercial tanto en España como en Europa gracias a sus 13 plantas de producción repartidas estratégicamente en todo el continente europeo.
URSA es, a día de hoy, uno de los mayores fabricantes de Europa de lana mineral y poliestireno extruído (XPS), dos materiales de aislamiento totalmente complementarios que contribuyen a aislar térmica y acústicamente los edificios.
Los productos de URSA ayudan a reducir la demanda energética de los edificios, principalmente en calefacción y refrigeración, permitiendo a los usuarios una reducción en el consumo energético y, en sostenibilidad, estos productos no sólo contribuyen al bienestar del usuario final, sino también ayudan al medio ambiente, reduciendo las emisiones de CO2, y a la economía del país, disminuyendo la dependencia de éste a los combustibles fósiles.