Joaquín González López – Acabados de Interiores, S.A.
Soy Joaquín González López, de la empresa Asociada ACABADOS DE INTERIORES, S.A. (ACADINSA) y quisiera expresar mi preocupación, a través de estas líneas y a la vez que poder abrir un debate, sobre el problema tan grave que nos encontramos las empresas en nuestro sector, como es el envejecimiento de los trabajadores activos en la obra.
Antes de comenzar, quisiera dar las gracias a la Asociación, por haber abierto esta sección de “EL ASOCIADO OPINA”, en la que se nos permite dar nuestra opinión y expresar, de manera pública, nuestras inquietudes con respecto a nuestra actividad profesional.
La primera clara realidad que vivimos los empresarios dedicados a este oficio es que 1 de cada 3 trabajadores supera los cincuenta años de edad. El año 2008 fue el año que más trabajadores hubieron trabajando en el sector de construcción. En 10 años el número de trabajadores quedó reducido a la mitad, con el problema añadido de que las empresas rescindieron el contrato de trabajo al personal más joven, que era el que representaba menor repercusión económica en aquellos momentos. Esto, como una primera medida para afrontar la caída de trabajo, propició que la edad media de los trabajadores en nuestro sector fuera aumentado.
En estos momentos, los trabajadores con una edad superior a los cuarenta años representan entre un 65%-70%, y el 31% supera los cincuenta años, en función siempre de la antigüedad de las empresas; por consiguiente, los jóvenes de menos de cuarenta años solo representan un 35%, cuando hace algo más de 10 años, antes de la crisis, estaban cerca del 60%. Es más, los menores de 30 años en el 2008 eran un 25% mientras que, a día de hoy, solo son un 9%.
«Podríamos detallar más argumentos, pero lo importante, al final de todo lo que podamos exponer y argumentar, es atraer a los jóvenes. Y esto depende en gran medida de nosotros y de nuestra Asociación»
Al hilo de esto, cabe señalar que el sector de construcción es el que más siniestralidad representa en el mundo laboral, si bien es cierto que se ha conseguido reducir un 50% en quince años. No obstante, en nuestro sector, el de la construcción seca y revestimientos, que ya tenía una siniestralidad más baja con respecto al sector en general, se mantiene en los mismos niveles aumentando solo en las bajas laborales por patologías de salud, debido principalmente a ese incremento de la edad de los trabajadores.
Las causas principales derivadas de esta consecuencia son la pérdida de condiciones físicas, el desgaste acumulado a lo largo de la vida profesional sumado a la también acumulación de patologías, la disminución del rendimiento laboral, la menor implicación al estar cerca de la jubilación, etc. Todas estas causas, que son consecuencia directa al aumento de la edad, podrían reducirse porcentualmente si los jóvenes se incorporaran al sector profesional.
Una de las circunstancias que favorecería el reducir la edad media del trabajador sería que el gobierno, a través de sus direcciones generales correspondientes, implantara normas que favorecieran la incorporación de los jóvenes, como pueden ser la rebaja de la cotización en la Seguridad Social, según la edad del trabajador, y favorecer las jubilaciones anticipadas voluntarias. En este punto, Sanidad debiera agilizar las inspecciones y el control de las bajas laborales, facilitando el reconocimiento de incapacidad permanente de una forma mucho más ágil y no tener que esperar entre 18 y 21 meses.
La flexibilización de la jornada laboral, para facilitar la concertación familiar, sería una medida a mejorar en relación a las que actualmente están implantadas.
Pero no solo debe ser el gobierno quien actúe y las asociaciones quienes las demanden; también las propias empresas, dentro de nuestro ámbito interior, debemos acometer soluciones, como son:
– Planificando la vida laboral del trabajador, motivando su promoción profesional.
– Facilitando mejoras continuas a su formación de nuevas tecnologías, nuevos sistemas…
– Mejorando el clima laboral y sobre todo la “cultura de empresa”.
¿Y por qué los jóvenes no se acercan a este sector? o mejor ¿por qué no hacemos atractivo a los jóvenes este oficio?
Argumentos tenemos muchos, y aquí quisiera enumerar unos cuantos, si bien debemos contar con la ayuda de las administraciones para que nos los permitan potenciar y fomentarlos:
– Amor por la profesión, que los jóvenes disfruten trabajando.
– Satisfacción por el trabajo realizado y que se dé cuenta, el joven, de lo que podemos conseguir desde nuestro oficio, que de unas cuantas líneas en un plano se consigue levantar toda una obra, un gran trabajo de envolventes, divisiones y revestimientos de acabados, funcionales y decorativos.
– El conseguir un mayor nivel económico que en otros sectores, gracias a las primas por productividad.
– Realizar una actividad profesional que es al aire libre, en espacios abiertos, y cada uno de forma individual; huyendo de la rigidez de las fábricas y de la monotonía del trabajo diario; en nuestra actividad cada día es diferente, no solo por la obra donde se trabaja, sino por la propia actividad a realizar, dado el amplio rango de soluciones que aportamos.
– Trabajo en equipo, con compañeros con los que comentar experiencias y aprender cada día.
– Por las constantes mejoras técnicas de los sistemas; pensad que es un sector que cada día evoluciona, que mejora y tecnifica los productos y sus sistemas.
– Nuestro oficio es un trabajo que da seguridad y huye de la eventualidad y de la temporalidad; el trabajador es un activo laboral importante para nuestras empresas.
– Nuestro sector es un espacio amplio y de grandes posibilidades para la incorporación de la mujer (hoy representa solo un 4%).
– Es un sector muy técnico pero además también muy controlado sanitariamente, con revisiones médicas anuales y cursos de PRL, en constante actualización.
Podríamos detallar más argumentos, pero lo importante, al final de todo lo que podamos exponer y argumentar, es atraer a los jóvenes. Y esto depende en gran medida de nosotros y de nuestra Asociación. Depende de que consigamos campañas de promoción en medios audiovisuales, de dar explicaciones y argumentos que den valor a nuestro oficio en las escuelas profesionales, e incluso fomentar que en el último curso de su formación académica obligatoria, antes de que los jóvenes deriven hacia otros oficios por desconocimiento del nuestro, podamos dar charlas y compartir experiencias desde las Empresas con esos alumnos y proyectarles qué pueden encontrar en esta gran salida profesional, una alternativa más de formación que actualmente les ofrece una garantía presente y futura de estabilidad laboral y un buen rendimiento económico.
Nada más, por mi parte y en esta ocasión, y agradecer nuevamente a la Asociación la oportunidad de expresar mis pensamientos con relación a esta circunstancia y, de igual forma, agradecer también a los que hayáis tenido la paciencia de leer estas líneas, no sin dejar de animaros a aportar ideas y ganas de trabajar en común para solucionar este problema, que será aún más grave en una década.
Saludos y hasta la próxima.