REVISTA AD’IP N.º43 – AGOSTO 2020
SECCIÓN ACTUALIDAD – CÓDIGO TÉCNICO DE LA EDIFICACIÓN
Juan Queipo De Llano Moya
Responsable de la Unidad de Calidad en la Construcción,
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja – CSIC
“La profesionalidad de los aplicadores es de vital importancia para lograr dar cumplimiento a los estándares de calidad establecidos en el CTE”
Es Dr. Arquitecto y responsable de la Unidad de Calidad en la Construcción en el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja. Ha trabajado en diferentes líneas como son la seguridad de utilización, la accesibilidad, la industrialización o el uso de la madera en construcción. Es director de la revista Informes de la Construcción, editada por el Instituto Eduardo Torroja (CSIC), publicación incluida en el Journal Citation Reports, SCOPUS y otras bases de datos de publicaciones científicas
-¿Cómo podría concretarnos el trabajo que se desarrolla desde su cargo como responsable de la Unidad de Calidad en la Construcción del
IETCC-CSIC ?
Los trabajos que se realizan en la Unidad de Calidad en la Construcción del Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción ocupan un amplio espectro del conocimiento, desde la física acústica hasta la estabilidad estructural, desde dinámica de fluidos relacionada con la ventilación a los equilibrios energéticos o los procesos de combustión de los materiales en incendios o el análisis del riesgo y funcionamiento del edificio derivado de su uso y de la accesibilidad a sus usuarios.
Entre otras actividades, la Unidad lleva 20 años ofreciendo servicio de apoyo científico-técnico al Ministerio de Fomento (hoy de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) en la elaboración de la reglamentación de edificación obligatoria a nivel estatal, el Código Técnico de la Edificación (en adelante CTE).
Fruto de esta colaboración, el equipo de profesionales de la Unidad abarca gran cantidad de temas de conocimiento, que lo hace de forma profunda y multidisciplinar y con gran interdependencia entre ellos. El desarrollo de los trabajos se ha organizado en torno a equipos de trabajo conforme a los requisitos de la edificación. En concreto, las áreas de conocimiento cubiertas por la Unidad son:
– Seguridad Estructural (Carlos Villagrá Fernández)
– Seguridad en Caso de Incendio (Marian Llinares Cervera y Virginia Gallego Guinea)
– Seguridad de Uso y Accesibilidad (Elena Frías López y Juan Queipo de Llano Moya)
– Energética Edificatoria (Rafael Villar Burke, Marta Sorribes Gil y Daniel Jiménez González)
– Acústica (Teresa Carrascal García, Amelia Romero Fernández y Belén Casla Herguedas)
– Salubridad (Pilar Linares Alemparte y Sonia García Ortega)
– Sostenibilidad (Enrique Larrumbide Gómez-Rubiera)
La posición de la Unidad como organismo de referencia en lo relativo a reglamentación estatal ha contribuido en gran medida a establecer colaboraciones con otras entidades del sector. Esta colaboración es sinérgica, de forma que el resultado de las investigaciones nutre el desarrollo reglamentario. Estas colaboraciones se han articulado a través de proyectos de investigación, desarrollo de documentos y guías de aplicación, el apoyo tecnológico, el asesoramiento técnico y su difusión a través de actividades de transferencia.
-La mayor concienciación social por combatir el cambio climático y el camino hacia una economía circular; el incremento de la preocupación por equilibrar el diseño y los sistemas técnicos del edificio, respetando la accesibilidad, una mayor eficiencia energética y un mayor confort, ¿cómo condiciona esto la investigación y el nuevo proyecto de trabajo de continua mejora en estos ámbitos desde su Departamento?
Hoy en día cualquier línea de trabajo o de investigación tiene que considerar todos esos aspectos. La lucha contra el cambio climático es una preocupación que lleva muchos años marcando la estrategia, tanto a nivel europeo como a nivel nacional, relacionada con el consumo energético y las emisiones directamente relacionados con los edificios. Los ambiciosos retos que se han planteado en ese sentido obligan a una revisión y actualización permanente de la reglamentación, como es el caso de la reciente modificación del documento básico DB HE sobre ahorro de energía. Con esta modificación no termina el trabajo, sino que comienza de nuevo para adaptarse a la realidad del sector y a los avances tecnológicos de modo que en unos años pueda seguir avanzándose en el camino hacia un parque edificatorio descarbonizado.
Por otro lado, la sociedad demanda cada vez más calidad en los edificios. Asuntos como la accesibilidad de los edificios, el confort de los usuarios y su seguridad son muy importantes para que nuestro parque inmobiliario no solo sea eficiente energéticamente, sino que responda a los estándares de calidad que los usuarios reclaman. En todos estos aspectos se han ido incrementando los niveles de exigencia en los últimos años, pero queda todavía mucho recorrido. Uno de los retos de la edificación es precisamente dar respuesta simultánea a todos los requisitos y en ese sentido se ha venido trabajando, desde hace muchos años, estudiando con especial atención la interrelación entre los diversos requisitos.
Finalmente, el concepto de economía circular, así como el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas, son principios generales que deben vertebrar cualquiera de nuestras líneas de actuación. Afortunadamente, esta preocupación está presente en el sector de la edificación desde hace ya algún tiempo, ya que su papel de este sector es capital.
-En esta sección de actualidad de la Revista AD’IP Asociación Española se intenta difundir la publicación de un documento divulgativo muy clarificador, de los conceptos básicos de la modificación del CTE aprobada por R.D. 732/2019, y de lo que implica para el sector, en cuanto ahorro energético, protección frente al gas radón y seguridad en caso de incendio ¿qué supone en líneas generales para los nuevos proyectos y nuevas obras estas modificaciones?
El documento sobre los conceptos básicos de la modificación del CTE, elaborado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana trata y aclara las ideas fundamentales de las modificaciones del Real Decreto 732/2019. Esta modificación tiene tres pilares fundamentales.
En primer lugar, responde a la obligación de revisión periódica de los requisitos mínimos de eficiencia energética que deben ir adaptándose a los avances técnicos del sector de la construcción como una herramienta eficaz para afrontar los retos establecidos a nivel europeo. Sus objetivos principales son la lucha contra el cambio climático y la reducción de la dependencia energética de nuestro país. Una de las novedades es la actualización de la definición del edificio de consumo de energía casi nulo, ajustando los indicadores que lo definen a los establecidos para edificios nuevos en cuanto al consumo de energía primaria total y consumo de energía primaria no renovable. Se sustituye el anterior indicador de demanda energética del edificio por una combinación de la limitación del consumo de energía primaria total del edificio y la determinación de unas condiciones de calidad mínimas de la envolvente térmica de este. Se tienen en cuenta tanto las necesidades de energía del edificio, (relacionadas con el diseño del mismo, la compacidad, orientación, aislamiento, etc.) como todos los consumos (sistemas de ventilación, suministros de combustibles o incluso energía extraída del medio ambiente). También se generalizan las exigencias relacionadas con el uso de energías renovables permitiendo el uso de cualquier tecnología sin dar prioridad a ninguna en concreto.
“Los niveles del CTE responden a los niveles de calidad demandados por la sociedad, por lo que es esperable que muchos propietarios deseen alcanzarlos”
En segundo lugar, el Real Decreto introduce una nueva exigencia de protección frente a la exposición al gas radón, transponiendo parcialmente la Directiva 2013/59/EURATOM que establece normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes. Esta nueva exigencia se acompaña de una nueva sección (DB HS6) dentro del Documento Básico de Salubridad en la que se caracteriza con un valor de referencia del promedio anual de concentración de radón en el interior de los locales habitables de 300 Bq/m3. Además, el DB HS6 establece los niveles de riesgo de presencia de radón en los edificios según el municipio en donde se encuentren y, para cada uno de ellos, propone una serie de soluciones aceptadas que permiten el cumplimiento de la exigencia. Establece de esta manera las condiciones mínimas que deben tener las barreras frente al radón, los espacios de contención y los sistemas de despresurización del terreno. También detalla el protocolo de medida de radón en el interior de los locales, indicando cuestiones relacionadas con los tipos de medidores de radón a utilizar, las condiciones de medida, el número y distribución espacial de los medidores, etc. El DB HS6, por lo tanto, no sólo establece el mínimo estándar de calidad en relación con la protección frente al radón, sino que proporciona las herramientas básicas para facilitar su cumplimiento.
Y, en tercer lugar, realiza algunas modificaciones en el documento DB SI, para limitar adecuadamente los riesgos de propagación debidos a la evolución que están experimentando las soluciones constructivas de fachada, en parte como consecuencia del incremento de las exigencias de eficiencia energética de la envolvente de los edificios.
Además de estas tres líneas básicas, se ha aprovechado para actualizar las referencias normativas en todos los documentos del CTE. Esta actualización de versiones de normas es necesaria periódicamente para adaptarse a los distintos avances del sector.
-La entrada en vigor de esta modificación del CTE ha sido ampliamente debatida ante la suspensión de la actividad provocada por la pandemia, ¿Cuáles serían los actuales plazos?
Efectivamente, la paralización de los plazos administrativos establecida en la disposición adicional tercera del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 y su posterior reanudación dictada en el artículo 9 del Real Decreto 537/2020, de 22 de mayo, por el que se prorroga el estado de alarma, ha generado mucha incertidumbre en relación a cómo deben computarse estos plazos. Estas incertidumbres han quedado aclaradas con la publicación de una nota informativa en la página www.codigotecnico.org que especifica, de acuerdo a los criterios fijados por la Abogacía del Estado, cómo deben computarse estos plazos.
Lo más relevante en este momento es que el plazo de 6 meses de aplicación voluntaria del Real Decreto 732/ 2019, cuya fecha de finalización original era el 27 de junio de 2020, finalizará el 23 de septiembre de 2020, siendo obligatoria la aplicación del citado Real Decreto para todas aquellas obras que soliciten licencia municipal a partir del 24 de septiembre de 2020.
-Hay un renovado interés por fomentar la rehabilitación como motor de reactivación económica y para la mejora necesaria del parque inmobiliario residencial de viviendas existentes, en relación a los actuales requisitos básicos establecidos en el CTE y las deficiencias evidentes, ¿Cómo valora esta coyuntura actual en la que se pueden estar alienando unas situaciones que impulsen esta rehabilitación, unido a la nueva actualización de la ERESSE 2020?
La coyuntura actual es una oportunidad que no debemos desaprovechar. Las políticas de reactivación económica dirigidas a la rehabilitación, como sector fundamental en el ámbito de la construcción, coinciden con la necesidad de acometer mejoras en los edificios existentes que nos permitan el cumplimiento de los objetivos de descarbonización del parque inmobiliario.
Lo importante a mi modo de ver es que se rehabilite con cabeza, teniendo en cuenta todas las deficiencias o necesidades del edificio. No sería positivo que la urgencia en reactivar el sector condujera a la realización de rehabilitaciones que no alcancen todo su potencial desde el punto de vista de los objetivos para el sector de la edificación, porque sería difícil que esos edificios se volvieran a rehabilitar en un plazo medio de tiempo. Promover, mediante ayudas, que se obtengan los mejores resultados desde el punto de vista energético optimizaría los recursos disponibles y ayudaría a cumplir los objetivos establecidos en la ERESEE. Para ello también deberá incidirse en la concienciación de los usuarios y propietarios de los edificios. Además de campañas dirigidas al público en general, esta concienciación puede reforzarse mediante acciones como el efecto ejemplarizante de rehabilitación de los edificios de la administración y la implantación de sistemas como el pasaporte energético o el libro del edificio existente, que informen a los propietarios de las posibilidades de mejora de sus edificios. Es muy importante, si hablamos de rehabilitación, no olvidar el resto de requisitos de la edificación que no son la energía. Las importantes necesidades en accesibilidad de muchos edificios son un claro ejemplo, pero hay otros requisitos como la acústica o la calidad del aire que tampoco deben perderse de vista.
-Esas rehabilitaciones con reformas interiores o envolventes de las edificaciones existentes tendrán que ajustarse en muchos casos a un equilibrio del nivel de exigencia de cumplimiento de los actuales requisitos y de las limitaciones técnicas o de costes económicos a las que se pueden ver condicionadas, ¿en qué grado de flexibilidad y proporcionalidad, para una adecuación aceptable y posible, podremos llegar a actuar?
La flexibilidad en la intervención en edificios existentes ha sido una preocupación dentro del ámbito reglamentario desde hace ya bastantes años. En el año 2013 se introdujo el marco general de flexibilidad en la intervención en edificios existentes en la parte 1 del CTE. El enfoque planteado ha sido siempre un enfoque posibilista. Hay que tener en cuenta que todos los edificios debieron cumplir la reglamentación vigente en el momento en que se construyeron. Cuando no intervenimos en un edificio, éste permanece en su estado original, dentro de la legalidad. Por otro lado, es importante que, siempre en la medida de lo posible, si se interviene en los edificios estos se vayan adaptando, no solo debido a las exigencias reglamentarias actuales, sino también debido a las posibilidades de mejora que supone para los usuarios. Los niveles del CTE responden a los niveles de calidad demandados por la sociedad, por lo que es esperable que muchos propietarios deseen alcanzarlos.
En general, hay mucha flexibilidad en intervenciones en edificios existentes siempre que se justifiquen las dificultades de adecuación. Uno de los parámetros más determinantes a tener en cuenta es el grado de intervención. Exigir un cumplimiento importante a pequeñas intervenciones puede conducir a desincentivarlas con lo que no se conseguirá una mejora progresiva de los edificios, sino en cierta medida su abandono. Por otro lado, en intervenciones de gran envergadura o integrales, mucho más próximas a la obra nueva, la flexibilidad debe ser obviamente menor. Como referencia, además de lo establecido en los documentos básicos en cuanto a criterios de intervención y proporcionalidad de las exigencias, hay también muchos comentarios en las versiones comentadas de los DB que tratan sobre estas cuestiones y que es muy recomendable consultar.
-El desarrollo de la Homologación AD’IP, con el apoyo del CGATE y con una supervisión de una comisión técnica independiente, pretende garantizar la profesionalidad y calidad del trabajo del Instalador. En construcción se incorporan nuevas normativas e innovación con los materiales para la aplicación de sistemas constructivos adecuados. ¿Cómo valora la importancia de la profesionalidad del aplicador de estos nuevos sistemas con nuevas exigencias?
En la medida en que las exigencias actuales son mucho mayores, más sensibles a una correcta ejecución, y que los propios sistemas constructivos han evolucionado hacia sistemas más tecnológicos, es de vital importancia que su ejecución se haga correctamente.
“Considero que AD´IP Asociación Española puede contribuir positivamente en cada una de estas áreas con un beneficio no sólo para sus miembros sino también para la calidad en la edificación”
Se ha demostrado en requisitos como la acústica, por ejemplo, que los defectos de ejecución pueden afectar de forma significativa a las prestaciones finales, provocando molestias a los usuarios y por supuesto el incumplimiento de la exigencia. Esto mismo es trasladable al resto de requisitos. En este sentido, la profesionalidad de los aplicadores es de vital importancia para lograr dar cumplimiento a los estándares de calidad establecidos en el CTE.
-¿Cómo piensa que una Asociación como AD’IP, con vocación de ayudar a la profesionalización y la defensa de la calidad en la instalación y sin ánimo de lucro, con representación de ámbito estatal del colectivo de Instaladores de Sistemas de Construcción Seca, Falsos Techos, Aislamientos y Revestimientos, debería de avanzar como herramienta eficaz para su colectivo y para el propio sector?
Las asociaciones de profesionales de la construcción son siempre una herramienta útil para el intercambio de información relacionada con la calidad en las obras, la formación, la búsqueda de sinergias y soluciones innovadoras, el posicionamiento de sus productos y la mejora de la reglamentación existente. Por ello, considero que AD´IP Asociación Española puede contribuir positivamente en cada una de estas áreas con un beneficio no sólo para sus miembros sino también para la calidad en la edificación.
-Vive muy de cerca la actualidad del sector de la construcción, es partícipe de su evolución en todos los aspectos y tiene una perspectiva privilegiada de la misma. En estos momentos de incertidumbre y de una crisis social y económica, ¿cómo ve el papel que va ocupar el sector de la construcción en esta nueva realidad?
La crisis social y económica es muy importante y es complicado saber a estas alturas su alcance real. Me parece que la apuesta del sector de la construcción, en concreto la rehabilitación, como motor de reactivación económica unido a las necesidades de rehabilitación del parque edificado para lograr tanto los objetivos de descarbonización para el año 2050, como las mejoras de calidad necesarias en todos los edificios en relación con otros requisitos, son una oportunidad que deberíamos intentar aprovechar.