Cómo combatir el calor y ahorrar energía en casa este verano
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AFELMA aconseja un correcto aislamiento para conseguir edificios más frescos y eficientes, llegando a reducir el consumo energético de las familias hasta en un 80%
Con la llegada del verano y las altas temperaturas, que en muchas regiones de España superan los 40 grados, es fundamental encontrar alternativas sostenibles para mantenernos frescos sin aumentar de forma desproporcionada la factura de la luz ni afectar el medio ambiente. En lugar de depender exclusivamente del aire acondicionado, existen medidas prácticas que podemos adoptar para combatir el calor de manera más eficiente.
Aunque consejos como bajar las persianas, ventilar por la noche o reducir el uso de electrodomésticos pueden ayudar a mitigar el calor de forma sostenible, desde la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (AFELMA) recuerdan que el factor determinante es el aislamiento de los edificios que habitamos. Según el INE, en verano, los residentes de ciudades en países desarrollados pasan un 79% del tiempo en el interior de edificios.
Miguel Ángel Gallardo, Presidente de AFELMA, señala:
“La mayor parte del gasto energético de los hogares españoles se destina a la climatización, por lo que un correcto aislamiento es la solución esencial para mantener los edificios frescos y mejorar la eficiencia energética. En el caso de las lanas minerales aislantes (lana de vidrio y la lana de roca), por ejemplo, se puede llegar a reducir el consumo energético de las familias hasta en un 80%.”
Según la Asociación, en España, el correcto aislamiento de una vivienda media puede suponer un ahorro de energía primaria de casi 4.000 Kwh/año, es decir, alrededor de 200 euros menos en la factura energética de las economías domésticas. Por eso, y ante un parque edificado energéticamente ineficiente, recomiendan acometer trabajos de rehabilitación. Una inversión amortizable en menos de 5 años y que ayudaría a combatir la pobreza energética de los hogares.
Según AFELMA, el uso adecuado de materiales aislantes en la construcción o rehabilitación de edificios puede evitar la emisión de 200 toneladas de CO2 a lo largo de la vida útil de un edificio. La misma cantidad que consumirían 200 árboles a lo largo del mismo periodo de tiempo.
Las lanas minerales aislantes (lanas de vidrio y lanas de roca) no solo contribuyen a mantener una temperatura confortable reduciendo el consumo de energía y las emisiones, sino que también:
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Mejoran la calidad del aire interior: Un correcto aislamiento térmico proporciona buenas condiciones para evitar la presencia de hongos, moho u otro crecimiento bacteriano.
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Protegen frente al fuego: Las lanas minerales, por su naturaleza inorgánica, son incombustibles y, al entrar en contacto con el fuego, no generan gases ni humos asfixiantes o tóxicos, aumentando la protección de personas y bienes y facilitando la evacuación de los ocupantes de un edificio.
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Aíslan del ruido: El ruido reduce la calidad de vida y vulnera el derecho a la intimidad personal y familiar. Las lanas minerales están reconocidas internacionalmente como aislante acústico, posibilitando reducciones de ruido de hasta 70 decibelios.
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Ejemplo de economía circular: Tienen un ciclo de vida respetuoso con el medioambiente. Provienen de materias primas naturales abundantes en la naturaleza (arena o roca volcánica) e integran hasta un 80% de materiales reciclados; su transporte requiere poca energía porque se producen en plantas locales, pesan poco y son comprimibles y, por último, pueden ser recicladas o transformadas en otro material de utilidad.
El presidente de AFELMA concluye:
“La energía más limpia y barata es aquella que no se consume. En un contexto donde las temperaturas extremas son cada vez más frecuentes, es fundamental contar con materiales de construcción que no solo mejoren el confort interior, sino que también contribuyan a la sostenibilidad energética y a la reducción de la huella de carbono. Las lanas minerales son una respuesta integral a estos desafíos.”